




El año 2020 será recordado por todos con bastante dolor. El transcurrir de los días encerrados en la casa, sin ver a los amigos, sin poder encontrarse con los familiares, vivir con miedo. Desde la amenaza de contagiarse y el temor de morir, pasando por el aburrimiento, la rabia, mucha impotencia, incertidumbre, angustia y un gran cambio en la sensación temporal y espacial de nuestras vidas.
Una noche, muy parecida a las anteriores, nació una idea que nos salvaría por semanas. Todos los viernes tendrían que ser especiales, de alguna manera. Algo que nos incentivara a estudiar y trabajar en vistas de un fin de semana distinto. Lo primero fue una noche de cine, seguida de un viernes de Johnny Roquets y una gran noche de gala. Cada vez, vestirse, decorar, cocinar y ambientar.
La primera de nuestras noche de comidas por países fue la «Noche árabe». Y esa vez, aunque nos vestimos, acomodamos adornos, colgamos pañuelos y prendimos velas, no cocinamos. Compramos las exquisiteces de Baladi y nos deleitamos con cada bocado.
Pero los siguientes banquetes fueron muy pensados. Desde el lunes se votaba un país. Luego yo me dedicaba a estudiar los platos típicos para terminar el viernes en el supermercado comprando especias, carnes, verduras, bebidas y todo los necesario para cocinar cuatro platos. Cada uno se ocupaba de algo. La cocina se hacía pequeña esa tarde, pero desde las 5 empezábamos a aspirar todo lo que pudiéramos del país elegido para esa noche.
Muy pronto estábamos vistiendo la mesa y a nosotros. Algo de maquillaje, peinados y accesorios. Buscar adornos, elegir la iluminación, armar una lista de canciones, preparar los tragos. El color dominante de cada bandera, la vajilla adecuada, y la sesión de fotos necesaria, de la mesa, de nosotros, siempre frente al mismo espejo, reconociéndonos, agradeciendo en silencio uno al otro el estar disponible, el querer seguir jugando, celebrando que estamos sanos, agradecer.
Aprendimos tanto! Comimos como locos, nos reímos, bailamos, compartimos y gozamos.
De toda esa experiencia nació primero una página web GOZA 2020, luego un perfil de instagram Goza.20 y al final, como corolario perfecto, un libro con fotos y links para recetas que imprimí en la fábrica de foto libros, en Buenos Aires.
Fue algo mágico. Fue nuestro antídoto para el dolor. Gracias a esos viernes sobrevivimos muchas semanas rodeados de color, viajes a lugares remotos, mucha creatividad y por sobre todo, el amor inmenso de la familia.
Te invito a revivir esas noches, a probar algún plato, a jugar en familia, a viajar desde tu mesa. Espero que mi experiencia te inspire.
Gracias por leer!
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