







Inspirada por mi hija, Azul, que llevaba tiempo mostrándome el arte del «bullet journal» me compré mi primer journal en Papelaria. Había dejado de dibujar, pero el Covid me invitó a redescubrir pasiones. Decidí dejar algo escrito, dibujado, registrado de cada día del año 2020, desde junio.
Todas las noches, antes de dormir, recuperaba el día vivido en la monotonía del encierro intentando descubrir su singularidad. Aquello que hacía de ese día, uno memorable.
El ejercicio fue muy sanador, ya que no todos los días ocurren sucesos grandiosos, sin embargo había una palabra escuchada, una noticia, una imagen, una foto, un abrazo, aquel mate compartido, mis perros , la familia, un sabor, una fragancia, ese beso.
El resultado quedó encerrado en el journal de tapas verdes que guardo en un cajón de mi escritorio. A simple vista no dice nada, pero si lo abro, entonces vuelven las horas, se escapan las voces y la música, y las flores, y un bocado, o un dolor, y las risas.
Para conocer más de esta experiencia podés visitar el instagram de okejournal que armé. Y después, si tenés ganas, contame qué te pareció.
Gracias!
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